viernes, 21 de diciembre de 2007

SCORPIO: The Addict


La madrugada de hace dos días, estudiando en la universidad junto con amigos, concluí que mi naturaleza era adictiva: los cigarros, ingerir compulsivamente seis litros de agua pura al día, la adquisición masiva de libros que me ha hecho bordear los linderos de la bancarrota, el amor en silencio…Cuando di en el clavo las palabras se me salieron de la boca: soy un adicto. Pasadas las risas, los que estaban en la mesa y no asintieron, por educación más que por desacuerdo, fueron los menos; la mayoría confirmó mi descubrimiento.

En un principio la idea me gustó: me pasaron por la mente las referencias a la literatura escrita por adictos: Cocteau, Bukowski, Baudalliere…Me sentí como un niño que viste una imponente capa roja que toca hasta el piso con una gran S encima, un leotardo azul rey, y un calzón rojo por fuera, y al que el tío emparienta cariñosamente con el Superhombre mientras le soba la cabeza. Ahora, sin embargo, enfriado el fuego del parentesco involuntario e imposible, vivo con miedo. Miedo a iniciar cualquier otra afición. Las cosas que de inmediato me producen placer son ahora el signo de una perdición por venir, y por eso me repelen. Son el signo de noches en vela por la mujer que amo con ardor y no alcanzo; la tos rasposa de quince cigarros al día; los riñones hinchados de tanta agua;…

Al principio me consolé con la idea de que el asunto bien podría ser una locura mía, pero como del abismo encontré lo siguiente encabezando mi horóscopo: SCORPIO - The Addict. No era yo quien lo inventaba, era el mismo Cosmos quien me lo revelaba. Tenía que andarme con cuidado.


Medidas precautorias


Con las adicciones que ya me habitan, no puedo hacer nada. Ellas tienen las llaves de la casa y si me porto mal con ellas, bien pueden decidir dejarme pasar la noche en la calle o aún endurecer su imperio. Sin embargo, haré bien si aplasto mis impulsos más bajos y no me dejo envolver por otros placeres que empezarán por usar mi cepillo de dientes y mis productos para peinar, para terminar recluyéndome en la horrible humedad del sótano.

Habrá que redoblar esfuerzos.

3 comentarios:

elena dijo...

Esta mañana he vuelto a encontrar la extraña imagen que ilustra tus adicciones en un reportaje titulado "Caras con humo" de El País Semanal. Por lo visto, se trata de una foto de Jean Cocteau, ese otro gran adicto, realizada por Philippe Halsman en 1949.

Esperamos seguir teniendo noticia literaria de la evolución de las adicciones que ya te habitan así como sobre las perdiciones que estan por venir. ¡Suerte!

Anónimo dijo...

Me sabe mal que hayas borrado tu último post, literariamente era muy bueno. Siento no haberte dejado un comentari testimoniánodolo y haber evitado así su desaparicón. Claro que tu supongo que das más importancia la aspecto personal, y quieres proteger tu intimidad. Lo comprendo, però no passa nada, te lo aseguro. En el post no decías nada que no pudiese ser dicho. Y muy bien dicho, además.
Espero de todo corazón que tengas esta conversación contigo mismo y te escuches y te comprendas.

El Escondrijo dijo...

Clara, agradezco hondamente tus atenciones. La entrada que mencionas la borré por considerarla vacua. Ahora me entero que, como siempre, me equivoqué. Te pido una disculpa. Ahora esa entrada está en un cementerio difuso e imposible de bits y megas del que no podemos recuperarla.

Después de platicarlo conmigo mismo y algún amigo, me he prometido dejar todas las entradas que publique, sin importar las consecuencias.

Otra vez, te agradezco.

Un abrazo.